Clivi, mi primer emprendimiento fallido

Diego
4 min readDec 28, 2021

No todas las historias de emprendimiento terminan con un IPO o tienen un proceso de ronda de financiación que es publicada en Forbes. De hecho, 9 de cada 10 emprendimiento falla, incluso 2 de esas empresas fallidas lo hacen luego de levantar una serie A (para los que no están familiarizados con el término: luego de haber recibido un chupo de dinero de otras personas o instituciones).

Y por su puesto que soy, orgulloso, parte de ese 90%. Este artículo es para contarles la mejor experiencia profesional del 2021 (y parte del 2022) y los aprendizajes que me dejó.

Clivi

The painful and beautiful learning of fail a startup.

Clivi fue mi primer emprendimiento: un marketplace de atención médica y psicológica. Nació con la poética visión de “democratizar el acceso a la salud” (si, como todos) luego de haber leído a Sean Ellis en Growth Hackers y a Peter Thiel en Zero to One y con muchísima ilusión de llegar a breakeven ASAP. Por unos meses lo manejamos con dos amigos (ambos renunciaron a los 2 meses por temas académicos) y tuve que buscar nuevos socios, pues seguía motivado. Se sumaron otros amigos y constituimos una S.A.C.

Aplicamos todas las metodologías que encontramos, entramos a una incubadora y tuvimos dos acercamientos para un potencial exit (dos interesados querían comprar la operación). Aprendimos, por lo menos, 3 años de experiencia profesional en Estrategia Digital en 7 meses, conocimos emprendedores de Y Combinator, inversores latinoamericanos y cómo se hace un pitch. Sin duda, una de las mejores experiencias posibles, la cual me dejó tres aprendizajes claves:

Ejecución es todo

“No one knows what’s a good idea or a bad idea until you try it”. — Marc Raldoph

En un ecosistema tan agresivo, gana el más persistente en la ejecución, el que aprende rápido y capitaliza los aprendizajes de experimentos fallidos mejor. Mi recomendación para cualquier nuevo emprendedor es: Lanzate, si fallas, aprende, continúa y sobre todo reconoce cuando renunciar a una idea. De hecho, uno de los socios siguió lanzó, meses después, una Startup con MRR de 3,000 USD. 2 de las socias luego de unos meses consiguieron sus primeros empleos soñados y dos ascendimos.

También aprendí muchas, muchísimas, cosas de Product Management, Digital Strategy y Growth que estoy compartiendo en este blog, los invito a leer los otros artículos.

Construye en público y conoce gente

Existe la idea equivocada que si cuentan algo sobre la idea que están haciendo se van a cargar de mala suerte. Nada más equivocado. El contar tu historia en público te permite dos cosas: empatizar con otras personas como tu y conocer diferentes agentes dentro del ecosistema que necesitas.

En nuestro corto pero increíble viaje por Clivi conocimos 3 personajes de la farándula startup latina (ojo, latina, no peruana): 1 emprendedor de Y Combinator de México, 1 emprendedor en serie de Bolivia que recientemente hizo exit ;) y una de las personas más ricas del Perú.

Saber renunciar

“Quit or be exceptional. Average is for losers.” — Seth Godin

La inercia es, por definición, la tendencia que tienen los cuerpos a mantener su estado, sea en reposo o movimiento. El girar o hacer un cambio, requiere esfuerzo y la inercia siempre nos hará tender al mismo estado. Por eso existe la zona de confort (seguramente si un físico me está leyendo me quiere matar por el ejemplo).

Renunciar requiere esfuerzo, esfuerzo mental para tomar una decisión; mientras más compleja la decisión, mayor esfuerzo (por eso en la universidad podemos mantener una contextura más delgada, se queman aprox 350 calorías/día pensando mucho, además de, probablemente, tener una dieta de mierda).

La combinación de inercia y una decisión difícil que tomar son el caldo de cultivo perfecto para una generar situación tóxica, probablemente más por responsabilidad nuestra que por la otra parte.

Decidí retirarme del founding team, en un momento en el que lográbamos +150 citas al mes, ventas de más de 4,000 USD y teníamos dos personas contratadas. Lo hice en muy buenos términos con los otros socios pues sabía que tenía que enfocarme en otras cosas: mi carrera profesional. No me arrepiento, pues fue una decisión pensada con el objetivo de crecer en otro lado y se logró (otra bonita historia que compartir).

El aprendizaje que me dejó: Saber retirarse cuando ya no se agrega valor, es una gran forma de agregar valor. Armate de coraje y toma la decisión.

Al inicio del artículo pinté en negrito “mi primer”, porque hay algo que no mencioné: ser emprendedor es más un estilo de vida, como la religión, que un trabajo. “Yo soy emprendedor” es más parecido a “soy católico” a que “soy administrador”. Y como tal, seguiré emprendiendo, siempre con gente grandiosa y más inteligente, intentando construir valor a un continente marcado por los problemas, capitalizando estos tres aprendizajes y muchos más!

Un abrazo y to the moon!

Contacto:

  • diegofloresosam@gmail.com
  • (+51) 950 161 497

--

--